1- Japón: Hanami, el arte de contemplar las flores
En primavera, cuando los cerezos florecen, Japón se tiñe de rosa y blanco. El Hanami —que literalmente significa “mirar flores"— es una tradición milenaria que invita a detenerse y celebrar la belleza efímera de la naturaleza. Familias, amigos y compañeros de trabajo se reúnen bajo los sakura para hacer picnics, cantar y compartir sake.
Además de su carácter festivo, el Hanami encierra una profunda reflexión sobre el paso del tiempo y la impermanencia, muy presente en la filosofía japonesa.
2- España: La Tomatina de Buñol
Cada agosto, en la localidad valenciana de Buñol, miles de personas se reúnen para participar en uno de los eventos más extravagantes del mundo: una batalla de tomates. La Tomatina, que comenzó de forma espontánea en 1945, se ha convertido en una fiesta internacional donde el único objetivo es lanzarse tomates durante una hora.
Es una celebración sin otro fin que la diversión colectiva, acompañada de música, comida típica y un espíritu de desenfado total. Y sí, ¡el pueblo queda rojo por un buen rato!
3- India: Holi, el festival de los colores
El Holi es una de las fiestas más conocidas y visualmente impactantes del mundo. Se celebra en marzo para marcar el inicio de la primavera y simboliza la victoria del bien sobre el mal. Durante esta festividad hindú, las calles de India (y de muchos países con comunidades indias) se llenan de música, danzas, agua y polvos de colores que todos se lanzan unos a otros.
Más allá del espectáculo visual, Holi es una oportunidad para renovar lazos sociales, pedir perdón y comenzar de nuevo.
4- México: Día de los Muertos
Lejos de ser una ocasión triste, el Día de los Muertos en México es una celebración vibrante de la memoria y la vida. Cada 1 y 2 de noviembre, las familias mexicanas montan altares con flores, fotos, comida y objetos queridos para honrar a sus seres fallecidos.
Las calles se llenan de desfiles, catrinas y papel picado, y los cementerios se convierten en lugares de reunión. Es una tradición que combina raíces indígenas con elementos católicos, y que transmite una visión amorosa y respetuosa de la muerte.
5- Escocia: Hogmanay, el fin de año escocés
El Año Nuevo en Escocia se celebra con una tradición particular llamada Hogmanay, donde el “first-footing" es clave: la primera persona que entra a una casa después de la medianoche debe llevar regalos simbólicos (como pan, sal o whisky) para augurar buena suerte.
Otra costumbre llamativa es el “fireball swinging" en Stonehaven, donde se hacen girar bolas de fuego encendidas por las calles, un ritual que proviene de antiguos ritos paganos para ahuyentar los malos espíritus.