1- Carnaval de Río de Janeiro (Brasil)
Considerado el carnaval más grande del mundo, el de Río de Janeiro es una explosión de ritmo, color y energía. Las escuelas de samba desfilan por el Sambódromo con trajes espectaculares y coreografías que combinan arte, música y pasión. Durante una semana, la ciudad se transforma en un escenario de alegría colectiva donde locales y turistas se mezclan en las calles al son del tambor.
Cuándo ir: febrero o marzo, según el calendario de Semana Santa.
Por qué no perdértelo: es una celebración que refleja el alma brasileña, su diversidad y su inigualable espíritu festivo.
2- Día de los Muertos (México)
Más que una conmemoración, el Día de los Muertos es una de las expresiones culturales más profundas y conmovedoras de América Latina. Durante los primeros días de noviembre, las familias mexicanas preparan altares con flores de cempasúchil, calaveras de azúcar, velas y fotos para recordar a sus seres queridos.
Por qué es especial: combina tradición prehispánica y fe católica, y celebra la vida a través del recuerdo. Las calles se llenan de color, música y desfiles que transforman el duelo en homenaje.
3- Holi, el Festival de los Colores (India)
Cada primavera, India se tiñe de colores para celebrar el Holi, una fiesta que simboliza la victoria del bien sobre el mal y la llegada de la estación del renacer. Las personas se lanzan polvos de colores, bailan, cantan y comparten comida en un ambiente de alegría y unión.
Por qué vivirlo: es una experiencia sensorial única, una celebración de la igualdad donde todas las diferencias sociales se disuelven bajo una lluvia de colores.
4- Oktoberfest (Alemania)
La fiesta de la cerveza más famosa del mundo tiene su origen en Múnich, donde cada año millones de personas se reúnen para disfrutar de la gastronomía bávara, la música tradicional y, por supuesto, los grandes vasos de cerveza artesanal.
Cuándo ir: desde finales de septiembre hasta principios de octubre.
Consejo: más allá de la cerveza, vale la pena disfrutar los desfiles, la vestimenta típica (dirndls y lederhosen) y las atracciones del recinto ferial.
5- Inti Raymi (Perú)
En el corazón del Cusco, el Inti Raymi revive cada 24 de junio una de las ceremonias más importantes del Imperio Inca: el homenaje al sol. Es una fiesta ancestral llena de simbolismo, donde se recrean rituales, se visten trajes tradicionales y se rinde tributo a la naturaleza.
Por qué no perdértelo: es una oportunidad única para conocer la cosmovisión andina y sentir la energía del pasado incaico en uno de los escenarios más impresionantes de Sudamérica.
6- La Tomatina (España)
Cada agosto, el pequeño pueblo de Buñol, en Valencia, se convierte en el escenario de una de las fiestas más curiosas del mundo: una batalla campal de tomates. Miles de personas participan lanzando tomates maduros en un ambiente de diversión absoluta.
Dato curioso: todo comenzó en 1945 como una travesura entre amigos y hoy es un evento con miles de asistentes internacionales.

