- Pérdida de peso
El ejercicio logra que el metabolismo se acelere y pueda quemar más calorías, aumentando así el gasto energético del organismo, lo que como consecuencia genera la pérdida de peso.
- Fortalecimiento de los músculos y huesos
El levantamiento de pesas acompañado de una ingesta de calorías apropiada puede desarrollar masa muscular y crear nuevas fibras.
Otro beneficio del ejercicio habitual es que ayuda a fortalecer la masa ósea y evita la aparición temprana de la osteoporosis.
- Aumenta el nivel de energía
El ejercicio habitual aumenta la energía tanto en las personas sanas como en aquellas que padecen algún tipo de enfermedad.
- Reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas
La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina. Esto es de gran beneficio para los pacientes de diabetes o prediabetes.
También fortalece la capacidad cardiovascular, contribuyendo a reducir la presión sanguínea y los niveles de grasas en el cuerpo.
- Mejora la calidad de la piel
Otro beneficio del ejercicio habitual es la creación de antioxidantes naturales. Estos ayudan a combatir los efectos del estrés y aumentan el flujo sanguíneo necesario para el proceso celular de la piel.
- Ayuda a la salud cerebral y memoria
Al aumentar el flujo de sangre en el cuerpo, una mayor cantidad de esta va al cerebro y lo oxigena.
La actividad física, al prevenir enfermedades crónicas, evita cambios en la estructura cerebral que pueden afectar a la capacidad de aprendizaje de memorizar.
- Reduce el dolor
En casos como la fibromialgia, dolor de espalda u hombros, se recomienda el ejercicio por su capacidad de producir endorfinas y de regenerar la musculatura afectada.
- Mejora el ánimo
Durante el ejercicio físico se producen endorfinas que ayudan a tener pensamientos y sentimientos positivos.
También se mejora la producción de serotonina, que es la hormona que ayuda a reducir los niveles de tristeza y depresión.
- Ayuda a la relajación y mejora la calidad del sueño
El ejercicio habitual te ayuda a conciliar el sueño y dormir mejor.
Es importante terminar de ejercitarte unas tres horas antes del momento de dormir. De esta forma, se le da tiempo al organismo a regresar a sus niveles de energía.